| ISMAELVIS |
Este espacio de la comunidad mazahua fue echo con la finalidad de integrar todo tipo de expresiones artísticas y culturales propios de los mazahuas.
En esta ocasión publicaremos una leyenda escrita por Ismael Cruz García, quien comento que su redacción fue echa con la única finalidad de contar una de las muchas historias con que lo entretenía su abuelito cuando el era un niño.
Espero les guste y no se olviden de escribirnos con sus sugerencias para enriquecer este blog gracias.
En un poblado a las orillas de Toluca existe una comunidad indígena, es san Antonio pueblo nuevo don de la gente regularmente se dedica al campo a la siembra y cosecha del maíz, papa o habas a un que también hay quien se dedica a la extracción de aguamiel para fermentarlo para obtener pulque.
Don Jacinto habitante de este pueblo todos los días a las cinco de la mañana parte a las besanas de las milpas para raspar y extraer aguamiel, con su burro Filemón cargando dos castañas, un cocote y su raspador. Al llegar al primer maguey retira las pencas y la piedra que al maguey le sirven de tapa para evitar que una basura o insectos se introduzcan en el corazón del maguey, con el corazón al descubierto introduce un extremo del cocote mientras que por el otro lado absorbe el aguamiel hasta que este casi toca sus labios con un dedo tapa el otro extremo del cocote para evitar que el liquido regrese al maguey, mientras que el burro Filemón se encuentra atado a una de las pencas de maguey con las castañas a cuestas, don Jacinto posa en la boca de una de las castañas el cocote para después retirar su dedo e ir llenado de aguamiel la castaña, para poder retirar todo el aguamiel del corazón del maguey esto lo repite dos veces, después de la extracción don Jacinto agarra su raspador y se dispone a sacar parte de la raspa, nombre que los lugareños le dan a la carnosidad que se forma dentro del maguey con una textura similar a la de un coco, esta raspa la deposita en una cubeta, de no hacer esto el maguey se secaría y dejaría de producir aguamiel, al termino tapa el corazón del maguey con unas pencas del mismo y le pone una piedra encima para evitar que el viento remueva las pencas, cumplido su cometido parte al siguiente maguey que se encuentra a unos quince minutos de recorrido, en el camino recoge quelites u otras yerbas que después le servirán de alimento esto solo pasa en el temporal de lluvias que es de junio a noviembre, son ocho magueyes que tiene que raspar y se encuentran situados en distintas besanas, en uno de estos magueyes encuentra un retoño, a don Jacinto se le ha hecho el día pues solo el sabe la alegría que esto le a causado, con todo el cuidado del mundo desentierra el pequeño maguey para después plantarlo a unos metros de donde lo a encontró con el fin de favorecer el desarrollo del mismo, al cabo de quince años este maguey podrá producir aguamiel, don Jacinto espera ver el corazón del maguey con todas sus pencas abiertas, amarillentas y con el tronco adelgazado en su base como señal de que el maguey esta listo para caparlo y esperar dos semanas mas antes de que este tenga su primer aguamiel.
La jornada fue larga pero productiva con las castañas a medio llenar se dispone a marcharse a casa, serian como a las ocho y media de la mañana cuando los ladridos de los perros anuncian su llegada, José corre al encuentro con su padre con sus apenas siete años quiere ayudar con el allate que trae su padre en hombros para llevarlo colgar en una alcayata que se encuentra clavada en una de las paredes de madera de la cocina donde su mama y hermana se encuentran afinando los últimos detalles del desayuno, don Jacinto por su parte ata al burro Filemón en una estaca clavada al suelo cerca de la bodega donde almacena el aguamiel en barricas de madera, baja las castañas del burro para vaciarlas en las barricas, la raspa que traía en la cubeta se la lleva al chiquero para alimentar al puerquito que tiene, le quita las cinchas al burro para dejarlo descansar sin antes acercarle un balde con agua y dos puñados de maíz para que este se alimente, margarita su hija de diez años lo espera en la puerta de la cocina con una jícara de agua y un poco de jabón para que se lave las manos, don Jacinto, su esposa y sus dos hijos se disponen a comer un plato de frijoles con tortillas hechas a mano y una salsa que margarita preparo con dos tomates y cinco chiles, el tiempo los apresura debido a que los niños entran ala escuela alas diez de la mañana y la distancia no es corta, para llegar ala escuela los niños tienen que atravesar un cerro que les toma media hora hacerlo, don Jacinto y su esposa se han quedado solos en casa la señora haciendo el aseo de la casa mientras que don Jacinto limpia la bodega y las barricas esperando un cliente que desee consumir un tarro de pulque, cuando este llega don Jacinto lo atiende de la mejor manera con su compañía y tal vez con juegos de azar como la baraja busca hacerle pasar un rato agradable mientras que el cliente bebe del pulque, sus ingresos son pocos pues solo le permiten vivir el día, día. Sin posibilidades de hacerse de un mejor patrimonio pero dice don Jacinto que mientras haya salud lo demás que importa, son la tres de la tarde y José y margarita están por llegar de la escuela, después de almorzar José toma al burro Filemón y cuatro castañas para bajar al rio por agua es una tarde muy calurosa y José decide juguetear un poco en el agua terminando completamente empapado por un instante se olvida de sus obligaciones disfrutando a mas no poder de la libertad que le produce el contacto con el agua, después de unos cuantos minutos empieza a llenar los cantaros con el vital liquido, de regreso a casa el sol había terminado de secar su ropa, amarró al burro y uno a uno acarreo los cantaros con agua a la cocina, don Jacinto desde la bodega lo escucho llegar y comenzó a gritar
-¡José, José la tarea a que hora!
José un poco agitado debido a la pendiente que había subido respondió que en un momento la hacia y así fue le tomo dos horas hacerla, ya empezaba a oscurecer después de haber tenido por cena un atole elaborado a base de maíz, canela y un poco de azúcar, prendieron unas cuantas velas para iluminar la habitación donde tenderían los petates para dormir y descansar esperando el nuevo día, la familia de don Jacinto se recostó con la tranquilidad que persiste en un pueblo y el dormir no lo entorpece nada, pero en esta ocasión no fue así debido a que José por haber estado jugueteando con el agua enfermo de fiebre y sus quejidos despertaron a don Jacinto y su esposa, buscaban quitarle la fiebre poniéndole trapos húmedos en la frente y vientre pero sus esfuerzos eran inútiles la fiebre no cedía, ya casi amaneciendo decidieron llevarlo al pueblo mas cercano adonde se sabia había un doctor, don Jacinto con su hijo en brazos y su esposa de compañía partieron a providencia, que dándose sola margarita en casa para poder alimentar al puerco y al burro Filemón, en el recorrido a providencia a don Jacinto le dieron ganas de ir al baño, dejo a José con su esposa en el camino para el internarse en una milpa, mientras se encontraba obrando a lo lejos se escuchaban unas cadenas que eran arrastradas con rumbo hacia don de el se encontraba con gran sorpresa se puso en pie y al voltear se dio cuenta de que se trataba de una olla llena de monedas, pese haber escuchado que este dinero es mal habido y que quien lo tome tendrá un trágico final, decidió tomarlo, era mas grande la preocupación de cómo pagar el doctor que lo que a el le podría pasar, a don Jacinto le habían contado sus clientes de este dinero, le habían contado que algunas personas con preocupaciones económicas habían encontrado estas ollas de dinero pero que era dinero de almas en pena o dinero del demonio, que las personas que lo tomaban para beneficiarse de el morían trágicamente, una de las peculiaridades de este dinero es que a un que se gaste infinidad de veces este siempre regresara a la olla donde se encuentran las demás monedas, despreocupado llego con su esposa e hijo para seguir su camino, mientras caminaban a providencia el le iba contando a su esposa lo sucedido, diciéndole que ahora ya eran ricos, que al llegar a su destino y después de a ver curado a José la vida les cambiaria, comerían carne todos los días, la compraría los mejores rebozos, sus hijos estarían bien vestidos y nunca mas tendrían hambre o necesidades, su esposa escuchaba todo lo que don Jacinto le decía sin interrumpirlo mientras le venían a la mente historias similares que también había escuchado, don Jacinto le pregunta a su esposa.
-¿como vez vieja que quieres primero? ¿Lo que quieras pídelo?
Su esposa le respondió con groserías para mostrar su descontento,
-estas pendejo tu crees que ese dinero es bueno, pero que a caso no has escuchado lo que la gente del pueblo cuenta,
- yo quiero que te deshagas de el
– no quiero que a mi familia o a ti nos pase nada,
- jodida nací y si dios quiere que muera así moriré feliz,
-don Jacinto si vieja es mejor vivir como dices cuando regresemos buscare la manera de deshacerme de este dinero,
Siguieron caminando hasta llegar con el doctor de providencia, el doctor reviso a José y después de darle medicamentos e indicaciones sobre el cuidado que debían tener, la fiebre fue cediendo poco a poco, salieron del doctor en su recorrido se cruzaron con el tianguis que ese día se ponía en el centro de providencia, don Jacinto nuevamente insistió con el dinero
–ándale vieja vamos a comprar carne y tus rebozos el niño ya esta bien,
su esposa no dijo nada y acelero el paso, que dándose callada todo el camino, al llegar a casa recostó a José en un petate y lo cubrió con una cobija delgada, sin todavía decir algo fue a la cocina a preparar el almuerzo, don Jacinto fue detrás de ella para tratar de contentarla diciéndole que ya se iba a deshacer de las monedas, su esposa le dijo que esperaba fuera cierto, que en ese momento solo tenían tortillas para comer y que tendría que ir ala tienda para poder comprar chiles y tomates para preparar una salsa y que cuando ella volviera no quería ver ni una sola moneda de esas en su casa, la tienda mas cercana quedaba a unos veinte minutos de distancia por lo tanto le tomaría cuarenta minutos ir y volver, don Jacinto aprovecho ese tiempo para quitar unas maderas del piso de su cuarto cabo un pequeño hoyo donde enterró las monedas, coloco nuevamente las maderas para simular que no había pasado nada y se dispuso a ir a limpiar las barricas de pulque, cuando su esposa al fin regreso lo primero que hizo fue preguntarle a don Jacinto que si se había desecho del dinero, por lo que este respondió que lo había ido a botar en uno de los barrancos del pueblo y sin mas ni mas desapareció, por lo que su esposa le comento que se alistara para que pasara a almorzar que aunque solo fueran tortillas con una salsa comerían felices y en familia sin que nada los pudiera perturbar, el tiempo transcurría José mejoro y al atardecer ya jugaba con margarita su hermana en el campo, mas tarde con la mejoría de José se recostaron para poder dormir, a media noche se escucharon chasquidos de las patas de un caballo y una voz que gritaba que don Jacinto saliera, le pedía que fueran a dar una vuelta que tenían mucho de que platicar, don Jacinto se asomo por uno de los orificios de las separaciones de la madera que le servían de pared, al asomarse se dio cuenta de que se trataba de un charro vestido de negro y con un caballo del mismo color poco inusual en este pueblo, cayo en cuenta de que esa visita se debía al dinero que había ocultado al comentarle a su esposa lo sucedido ella solo le dio la bendición y le dijo que se hiciera responsable de sus actos y no involucrara ni a sus hijos ni a ella pues ella ya había tratado de convencerlo de deshacerse del dinero si el no la había escuchado es por que posiblemente le importaba muy poco permanecer con su familia, el charro negro afuera insistía que saliera o entraría por el, don Jacinto por fin salió con un gesto al charro le indico que subiera al caballo lo tomo con una mano y de un jalón lo subió desconcertado don Jacinto solo se sostuvo mientras que el caballo partía a todo galope sin rumbo fijo, toda esa noche la esposa de don Jacinto no pudo dormir en espera de ver a su marido, pasaron las horas los niños despertaron y se alistaban para ir ala escuela tuvieron que irse sin desayunar debido a que su mama no había preparado nada la preocupación se lo impidió después de disculparse les pidió se fueran tranquilos a la escuela, a José y margarita nada les parecía extraño, imaginaron que papa había ido a raspar y algo lo había retrasado, la esposa de don Jacinto se quedo sola en casa no se podía concentrar el las labores de la casa, de pronto los perros comenzaron a ladrar se trataba de don Jacinto que venia caminando entre los matorrales de la milpa con un semblante palidecido caminaba a paso lento como sin rumbo con los pies a medio levantar hacían visible que algo malo le había sucedido, cuando llego con su esposa esta pregunto que como se encontraba y que si el charro negro le había hecho algo, don Jacinto respondió que no quería hablar de ello pero que no se preocupara por que ni a ella ni a los niños les pasaría nada, por el momento solo quiero tomarme un tarro de pulque para tratar de olvidar lo que me paso, se dirigió a la bodega tomo un tarro sucio que se encontraba sobre la mesa y sin lavarlo lo lleno y de un trago acabo con el liquido mientras su esposa lo veía recargada en la puerta, don Jacinto molesto por la presencia de ella arrojo el tarro al suelo y pidió no ser molestado por nada ni nadie , a lo que su esposa respondió que si creía que la bebida le solucionaría sus problemas, que caso tenia el ser su pareja si no confiaba en ella y le contaba lo sucedido para tratar de buscar otra solución, que pensara en sus hijos que les diría si nunca lo habían visto tomar que explicación les daría cuando lo vieran en ese estado, don Jacinto reitero no quiero ser molestado por nada ni nadie.
-esta bien si ese es tu deseo nada mas que no se te olvide que yo trate de ayudarte
Su esposa dijo esto y después partió a la cocina a preparar la comida para el regreso de los niños de la escuela, a la bodega llego un cliente en busca de un tarro de pulque para refrescarse del día caluroso
– Jacinto donde estas vengo por algo de pulque grito en varias ocasiones el ansiado cliente, al no obtener respuesta decidió ir a buscarlo a la cocina, se encontró con la esposa que batallaba en el metate tratando de moler los granos de maíz para las tortillas,
-venia en busca de don Jacinto pero no esta me podrías vender un vaso de pulque
–Jacinto se encuentra en la bodega si no responde es por que a de estar bien tomado lleva mas de cuatro horas tomando
–como esta eso si don Jacinto no tomaba
– pues no lo se pero desde que empezó a tomar no responde a quien lo llama, le a puesto la tranca a la puerta
– que le a pasado por que ese cambio tan repentino que a caso se han peleado o discutido
-no nunca hemos discutido, te acuerdas de tu vecino juan el que se encontró el dinero
-no me digas que don Jacinto también tomo ese dinero
- si y lo peor del caso es que en la noche vino por el un jinete negro y cuando regreso no quiso decir nada de lo que le había pasado, por que no hablas con el y tratas de averiguar que le a pasado.
-pues a como están las cosas no creo que me vaya hacer caso pero lo voy a intentar
Los dos fueron a la bodega después de haber tocado en distintas ocasiones y al no tener respuesta alguna derribaron la puerta, el cuerpo de don Jacinto se encontraba tirado en el suelo sin vida ya había muerto, el pulque después de haber sido la fuente de ingresos para solventar los gastos de su familia este le arrebato la vida, don Jacinto bebió desenfrenadamente provocándose una congestión alcolica, para cuando los niños regresaron de la escuela a don Jacinto lo velaban en un cajón improvisado de madera y para los niños su padre había caído de un árbol mientras cortaba capulines golpeándose muy fuerte en la cabeza, eso fue lo que les dijo su madre para aminorar la perdida de su padre, después de enterrar a don Jacinto su esposa decidió emigrar a la ciudad de México con margarita y José para empezar una nueva vida alejada de todo lo que le recordara a su esposo, hasta hace poco vendía papas y pepitas en alguna de las calles del centro, mientras que el dinero sigue enterrado en la casa de don Jacinto esperando ser descubierto por alguien capas de cambiar algunos años de su vida por unas cuantas horas de riquezas………………………………
Fin.
El tlachiquero
En un poblado a las orillas de Toluca existe una comunidad indígena, es san Antonio pueblo nuevo don de la gente regularmente se dedica al campo a la siembra y cosecha del maíz, papa o habas a un que también hay quien se dedica a la extracción de aguamiel para fermentarlo para obtener pulque.
Don Jacinto habitante de este pueblo todos los días a las cinco de la mañana parte a las besanas de las milpas para raspar y extraer aguamiel, con su burro Filemón cargando dos castañas, un cocote y su raspador. Al llegar al primer maguey retira las pencas y la piedra que al maguey le sirven de tapa para evitar que una basura o insectos se introduzcan en el corazón del maguey, con el corazón al descubierto introduce un extremo del cocote mientras que por el otro lado absorbe el aguamiel hasta que este casi toca sus labios con un dedo tapa el otro extremo del cocote para evitar que el liquido regrese al maguey, mientras que el burro Filemón se encuentra atado a una de las pencas de maguey con las castañas a cuestas, don Jacinto posa en la boca de una de las castañas el cocote para después retirar su dedo e ir llenado de aguamiel la castaña, para poder retirar todo el aguamiel del corazón del maguey esto lo repite dos veces, después de la extracción don Jacinto agarra su raspador y se dispone a sacar parte de la raspa, nombre que los lugareños le dan a la carnosidad que se forma dentro del maguey con una textura similar a la de un coco, esta raspa la deposita en una cubeta, de no hacer esto el maguey se secaría y dejaría de producir aguamiel, al termino tapa el corazón del maguey con unas pencas del mismo y le pone una piedra encima para evitar que el viento remueva las pencas, cumplido su cometido parte al siguiente maguey que se encuentra a unos quince minutos de recorrido, en el camino recoge quelites u otras yerbas que después le servirán de alimento esto solo pasa en el temporal de lluvias que es de junio a noviembre, son ocho magueyes que tiene que raspar y se encuentran situados en distintas besanas, en uno de estos magueyes encuentra un retoño, a don Jacinto se le ha hecho el día pues solo el sabe la alegría que esto le a causado, con todo el cuidado del mundo desentierra el pequeño maguey para después plantarlo a unos metros de donde lo a encontró con el fin de favorecer el desarrollo del mismo, al cabo de quince años este maguey podrá producir aguamiel, don Jacinto espera ver el corazón del maguey con todas sus pencas abiertas, amarillentas y con el tronco adelgazado en su base como señal de que el maguey esta listo para caparlo y esperar dos semanas mas antes de que este tenga su primer aguamiel.
La jornada fue larga pero productiva con las castañas a medio llenar se dispone a marcharse a casa, serian como a las ocho y media de la mañana cuando los ladridos de los perros anuncian su llegada, José corre al encuentro con su padre con sus apenas siete años quiere ayudar con el allate que trae su padre en hombros para llevarlo colgar en una alcayata que se encuentra clavada en una de las paredes de madera de la cocina donde su mama y hermana se encuentran afinando los últimos detalles del desayuno, don Jacinto por su parte ata al burro Filemón en una estaca clavada al suelo cerca de la bodega donde almacena el aguamiel en barricas de madera, baja las castañas del burro para vaciarlas en las barricas, la raspa que traía en la cubeta se la lleva al chiquero para alimentar al puerquito que tiene, le quita las cinchas al burro para dejarlo descansar sin antes acercarle un balde con agua y dos puñados de maíz para que este se alimente, margarita su hija de diez años lo espera en la puerta de la cocina con una jícara de agua y un poco de jabón para que se lave las manos, don Jacinto, su esposa y sus dos hijos se disponen a comer un plato de frijoles con tortillas hechas a mano y una salsa que margarita preparo con dos tomates y cinco chiles, el tiempo los apresura debido a que los niños entran ala escuela alas diez de la mañana y la distancia no es corta, para llegar ala escuela los niños tienen que atravesar un cerro que les toma media hora hacerlo, don Jacinto y su esposa se han quedado solos en casa la señora haciendo el aseo de la casa mientras que don Jacinto limpia la bodega y las barricas esperando un cliente que desee consumir un tarro de pulque, cuando este llega don Jacinto lo atiende de la mejor manera con su compañía y tal vez con juegos de azar como la baraja busca hacerle pasar un rato agradable mientras que el cliente bebe del pulque, sus ingresos son pocos pues solo le permiten vivir el día, día. Sin posibilidades de hacerse de un mejor patrimonio pero dice don Jacinto que mientras haya salud lo demás que importa, son la tres de la tarde y José y margarita están por llegar de la escuela, después de almorzar José toma al burro Filemón y cuatro castañas para bajar al rio por agua es una tarde muy calurosa y José decide juguetear un poco en el agua terminando completamente empapado por un instante se olvida de sus obligaciones disfrutando a mas no poder de la libertad que le produce el contacto con el agua, después de unos cuantos minutos empieza a llenar los cantaros con el vital liquido, de regreso a casa el sol había terminado de secar su ropa, amarró al burro y uno a uno acarreo los cantaros con agua a la cocina, don Jacinto desde la bodega lo escucho llegar y comenzó a gritar
-¡José, José la tarea a que hora!
José un poco agitado debido a la pendiente que había subido respondió que en un momento la hacia y así fue le tomo dos horas hacerla, ya empezaba a oscurecer después de haber tenido por cena un atole elaborado a base de maíz, canela y un poco de azúcar, prendieron unas cuantas velas para iluminar la habitación donde tenderían los petates para dormir y descansar esperando el nuevo día, la familia de don Jacinto se recostó con la tranquilidad que persiste en un pueblo y el dormir no lo entorpece nada, pero en esta ocasión no fue así debido a que José por haber estado jugueteando con el agua enfermo de fiebre y sus quejidos despertaron a don Jacinto y su esposa, buscaban quitarle la fiebre poniéndole trapos húmedos en la frente y vientre pero sus esfuerzos eran inútiles la fiebre no cedía, ya casi amaneciendo decidieron llevarlo al pueblo mas cercano adonde se sabia había un doctor, don Jacinto con su hijo en brazos y su esposa de compañía partieron a providencia, que dándose sola margarita en casa para poder alimentar al puerco y al burro Filemón, en el recorrido a providencia a don Jacinto le dieron ganas de ir al baño, dejo a José con su esposa en el camino para el internarse en una milpa, mientras se encontraba obrando a lo lejos se escuchaban unas cadenas que eran arrastradas con rumbo hacia don de el se encontraba con gran sorpresa se puso en pie y al voltear se dio cuenta de que se trataba de una olla llena de monedas, pese haber escuchado que este dinero es mal habido y que quien lo tome tendrá un trágico final, decidió tomarlo, era mas grande la preocupación de cómo pagar el doctor que lo que a el le podría pasar, a don Jacinto le habían contado sus clientes de este dinero, le habían contado que algunas personas con preocupaciones económicas habían encontrado estas ollas de dinero pero que era dinero de almas en pena o dinero del demonio, que las personas que lo tomaban para beneficiarse de el morían trágicamente, una de las peculiaridades de este dinero es que a un que se gaste infinidad de veces este siempre regresara a la olla donde se encuentran las demás monedas, despreocupado llego con su esposa e hijo para seguir su camino, mientras caminaban a providencia el le iba contando a su esposa lo sucedido, diciéndole que ahora ya eran ricos, que al llegar a su destino y después de a ver curado a José la vida les cambiaria, comerían carne todos los días, la compraría los mejores rebozos, sus hijos estarían bien vestidos y nunca mas tendrían hambre o necesidades, su esposa escuchaba todo lo que don Jacinto le decía sin interrumpirlo mientras le venían a la mente historias similares que también había escuchado, don Jacinto le pregunta a su esposa.
-¿como vez vieja que quieres primero? ¿Lo que quieras pídelo?
Su esposa le respondió con groserías para mostrar su descontento,
-estas pendejo tu crees que ese dinero es bueno, pero que a caso no has escuchado lo que la gente del pueblo cuenta,
- yo quiero que te deshagas de el
– no quiero que a mi familia o a ti nos pase nada,
- jodida nací y si dios quiere que muera así moriré feliz,
-don Jacinto si vieja es mejor vivir como dices cuando regresemos buscare la manera de deshacerme de este dinero,
Siguieron caminando hasta llegar con el doctor de providencia, el doctor reviso a José y después de darle medicamentos e indicaciones sobre el cuidado que debían tener, la fiebre fue cediendo poco a poco, salieron del doctor en su recorrido se cruzaron con el tianguis que ese día se ponía en el centro de providencia, don Jacinto nuevamente insistió con el dinero
–ándale vieja vamos a comprar carne y tus rebozos el niño ya esta bien,
su esposa no dijo nada y acelero el paso, que dándose callada todo el camino, al llegar a casa recostó a José en un petate y lo cubrió con una cobija delgada, sin todavía decir algo fue a la cocina a preparar el almuerzo, don Jacinto fue detrás de ella para tratar de contentarla diciéndole que ya se iba a deshacer de las monedas, su esposa le dijo que esperaba fuera cierto, que en ese momento solo tenían tortillas para comer y que tendría que ir ala tienda para poder comprar chiles y tomates para preparar una salsa y que cuando ella volviera no quería ver ni una sola moneda de esas en su casa, la tienda mas cercana quedaba a unos veinte minutos de distancia por lo tanto le tomaría cuarenta minutos ir y volver, don Jacinto aprovecho ese tiempo para quitar unas maderas del piso de su cuarto cabo un pequeño hoyo donde enterró las monedas, coloco nuevamente las maderas para simular que no había pasado nada y se dispuso a ir a limpiar las barricas de pulque, cuando su esposa al fin regreso lo primero que hizo fue preguntarle a don Jacinto que si se había desecho del dinero, por lo que este respondió que lo había ido a botar en uno de los barrancos del pueblo y sin mas ni mas desapareció, por lo que su esposa le comento que se alistara para que pasara a almorzar que aunque solo fueran tortillas con una salsa comerían felices y en familia sin que nada los pudiera perturbar, el tiempo transcurría José mejoro y al atardecer ya jugaba con margarita su hermana en el campo, mas tarde con la mejoría de José se recostaron para poder dormir, a media noche se escucharon chasquidos de las patas de un caballo y una voz que gritaba que don Jacinto saliera, le pedía que fueran a dar una vuelta que tenían mucho de que platicar, don Jacinto se asomo por uno de los orificios de las separaciones de la madera que le servían de pared, al asomarse se dio cuenta de que se trataba de un charro vestido de negro y con un caballo del mismo color poco inusual en este pueblo, cayo en cuenta de que esa visita se debía al dinero que había ocultado al comentarle a su esposa lo sucedido ella solo le dio la bendición y le dijo que se hiciera responsable de sus actos y no involucrara ni a sus hijos ni a ella pues ella ya había tratado de convencerlo de deshacerse del dinero si el no la había escuchado es por que posiblemente le importaba muy poco permanecer con su familia, el charro negro afuera insistía que saliera o entraría por el, don Jacinto por fin salió con un gesto al charro le indico que subiera al caballo lo tomo con una mano y de un jalón lo subió desconcertado don Jacinto solo se sostuvo mientras que el caballo partía a todo galope sin rumbo fijo, toda esa noche la esposa de don Jacinto no pudo dormir en espera de ver a su marido, pasaron las horas los niños despertaron y se alistaban para ir ala escuela tuvieron que irse sin desayunar debido a que su mama no había preparado nada la preocupación se lo impidió después de disculparse les pidió se fueran tranquilos a la escuela, a José y margarita nada les parecía extraño, imaginaron que papa había ido a raspar y algo lo había retrasado, la esposa de don Jacinto se quedo sola en casa no se podía concentrar el las labores de la casa, de pronto los perros comenzaron a ladrar se trataba de don Jacinto que venia caminando entre los matorrales de la milpa con un semblante palidecido caminaba a paso lento como sin rumbo con los pies a medio levantar hacían visible que algo malo le había sucedido, cuando llego con su esposa esta pregunto que como se encontraba y que si el charro negro le había hecho algo, don Jacinto respondió que no quería hablar de ello pero que no se preocupara por que ni a ella ni a los niños les pasaría nada, por el momento solo quiero tomarme un tarro de pulque para tratar de olvidar lo que me paso, se dirigió a la bodega tomo un tarro sucio que se encontraba sobre la mesa y sin lavarlo lo lleno y de un trago acabo con el liquido mientras su esposa lo veía recargada en la puerta, don Jacinto molesto por la presencia de ella arrojo el tarro al suelo y pidió no ser molestado por nada ni nadie , a lo que su esposa respondió que si creía que la bebida le solucionaría sus problemas, que caso tenia el ser su pareja si no confiaba en ella y le contaba lo sucedido para tratar de buscar otra solución, que pensara en sus hijos que les diría si nunca lo habían visto tomar que explicación les daría cuando lo vieran en ese estado, don Jacinto reitero no quiero ser molestado por nada ni nadie.
-esta bien si ese es tu deseo nada mas que no se te olvide que yo trate de ayudarte
Su esposa dijo esto y después partió a la cocina a preparar la comida para el regreso de los niños de la escuela, a la bodega llego un cliente en busca de un tarro de pulque para refrescarse del día caluroso
– Jacinto donde estas vengo por algo de pulque grito en varias ocasiones el ansiado cliente, al no obtener respuesta decidió ir a buscarlo a la cocina, se encontró con la esposa que batallaba en el metate tratando de moler los granos de maíz para las tortillas,
-venia en busca de don Jacinto pero no esta me podrías vender un vaso de pulque
–Jacinto se encuentra en la bodega si no responde es por que a de estar bien tomado lleva mas de cuatro horas tomando
–como esta eso si don Jacinto no tomaba
– pues no lo se pero desde que empezó a tomar no responde a quien lo llama, le a puesto la tranca a la puerta
– que le a pasado por que ese cambio tan repentino que a caso se han peleado o discutido
-no nunca hemos discutido, te acuerdas de tu vecino juan el que se encontró el dinero
-no me digas que don Jacinto también tomo ese dinero
- si y lo peor del caso es que en la noche vino por el un jinete negro y cuando regreso no quiso decir nada de lo que le había pasado, por que no hablas con el y tratas de averiguar que le a pasado.
-pues a como están las cosas no creo que me vaya hacer caso pero lo voy a intentar
Los dos fueron a la bodega después de haber tocado en distintas ocasiones y al no tener respuesta alguna derribaron la puerta, el cuerpo de don Jacinto se encontraba tirado en el suelo sin vida ya había muerto, el pulque después de haber sido la fuente de ingresos para solventar los gastos de su familia este le arrebato la vida, don Jacinto bebió desenfrenadamente provocándose una congestión alcolica, para cuando los niños regresaron de la escuela a don Jacinto lo velaban en un cajón improvisado de madera y para los niños su padre había caído de un árbol mientras cortaba capulines golpeándose muy fuerte en la cabeza, eso fue lo que les dijo su madre para aminorar la perdida de su padre, después de enterrar a don Jacinto su esposa decidió emigrar a la ciudad de México con margarita y José para empezar una nueva vida alejada de todo lo que le recordara a su esposo, hasta hace poco vendía papas y pepitas en alguna de las calles del centro, mientras que el dinero sigue enterrado en la casa de don Jacinto esperando ser descubierto por alguien capas de cambiar algunos años de su vida por unas cuantas horas de riquezas………………………………
Fin.
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